LA LUBINA A SPINNING
A lo largo de todas nuestras costas encontramos una gran cantidad de emplazamientos en los que se cobijan muchas especies depredadoras del litoral costero. En el caso concreto del Mediterraneo comparten muchos lugares de caza y de freza las anjovas, los espetones y las lubinas. Tambien algunos escómbridos se acercan azotando los bancos de peces pasto que llegan huyendo hasta la mismísima rompiente, sin olvidar las llampugas, las palometas y las serviolas. Aun y así, a pesar de la variedad de especies que tenemos a nuestro alcance, la lubina sigue siendo unos de las capturas más codiciadas. La lubina es, sin duda, la reina para la mayoría de practicantes de la pesca deportiva. Se trata de una especie que se distribuye por todas las costas españolas a lo largo del litoral durante todo el año, si bien su actividad se pausa en los meses más cálidos. De ahí, que sea una especie susceptible de ser capturada mediante diversas técnicas todo el año. Entre estas técnicas, cabe diferenciar la pesca con cebo natural y con cebo artificial. Cada momento o situación climática nos hará actuar de un modo u otro y decidir que técnica vamos a usar y nos va a ofrecer los mejores resultados.
En este breve artículo nos centraremos en su pesca mediante cebo artificial, en concreto su pesca a spinning ligero, practicable tanto desde costa como embarcado. Me he referido a este artículo como breve pues sólo hago un resumen de una modalidad de pesca que requiere sobretodo experiencia y técnica, y de la que se pueden escribir libros y libros. De hecho, existen muchas publicaciones hechas a lo largo de varias décadas pero las innovaciones en cuanto a técnicas y la escasez de esta especie que es cada vez mas evidente nos obliga a renovarnos e ir empapandonos de datos nuevos para perfeccionar nuestra técnica.
Considero que la técnica es el aspecto más importante de esta modalidad ya que no hay que olvidar que la lubina es el "bass de mar" (seabass para los ingleses), por lo tanto la morfología y algunas costumbres se asemejan a las del black-bass; como ya saben muchos practicantes de spinning la pesca del black-bass requiere técnica, experiencia y paciencia, tres puntos comunes con la pesca de la lubina.
Pero existen variantes que se deben adaptar pues no es lo mismo la pesca en aguas interiores que en el mar, aunque en situaciones encontaremos a las lubinas en aguas fluviales o en el interior de puertos, donde su pesca se asemejará en gran medida a la del black-bass, y los mismos señuelos y técnicas que usabamos para éste último harán que la lubina sucumba al engaño.
Materiales y accesorios
Caña: de spinning y acción ligera, de 3 a 15 gramos o de 10 a 30 gramos como máximo. Con una longitud aproximada entre 1'80m hasta 3'70m, dependiendo de donde solamos pescar, pues no será lo mismo pescar en zonas de espacio reducido cercanas al agua que pescar en zonas con cierta altura.
Carrete: entre 2500 y 4000 (previniendo algún posible ataque de anjova o de espetón, que tambien comparten algunos hábitats con la lubina).
Sedal: entre 5 y unas 15 libras, como máximo.
Bajos: personalmente no uso fluorocarbono, prefiero un bajo de nylon del 0'30 para poder facilitarnos la captura cuando pescamos en lugares altos o rocosos. Aun y así es aconsejable usar fluorocarbono pues no sólo estamos tentando una especie muy astuta, la lubina posee una excepcional visión y es fácil que advierta nuestro nylon.
Emerillones y quitavueltas: discretos pero de alta calidad. Personalmente siento predilección por los de color negro.
Señuelos: minows (de superficie, suspendidos y hundidos), paseantes, poppers, jiggs, bucktail-jiggs, pikies, vinilos, cranckbaits, cucharillas ondulantes, plumas, chivos....éste será nuestro arsenal de muestras para intentar la captura de la reina. Existen muchos modelos y muchas marcas por lo que no señalo ninguno en concreto, ya que cada bolsa de pesca o cada caja es un mundo y cada pescador se sentirá más cómodo usando unos señuelos u otros. Pero si sabemos manejarlos adecuadamente la marca tan sólo es una cuestión de marketing.
Sacadera (salabre): accesorio indispensable cuando pescamos en zonas elevadas en las que es imposible orillar la captura y asiarla con nuestras propias manos o agarrando el terminal.
Linterna: si no queremos tener algun accidente grave, debemos llevar una buena linterna.
Wader/botas: cuando pesquemos en bajíos, nos serán indispensables para adentrarnos en la rompiente y alcanzar con nuestros lances las posibles zonas de caza donde se encuentran al acecho las lubinas.
Climatología
Este apartado es muy importante ya que las condiciones climáticas nos harán actuar de un modo u otro, en función de ciertas variantes. Empezando por las precipitaciones, el hecho que llueva no influye, excepto que hayan relámpagos lo que nos obligará a retirarnos pues es un peligro extremo al usar cañas de carbono. Un bajón repentino de la presión atmosférica tampoco nos favorece, mientras que si estamos pasando una etapa mas o menos prolongada de bajas presiones puede ser favorable.
El viento puede ser nuestro aliado para lanzar pero puede convertirse en el peor inconveniente si lo tenemos en nuestra contra. De todos modos el viento suele arreciar durante la noche y no vuelve a recuperar fuerza hasta que se levanta la mañana, por lo que no será un problema para pescar de noche. No debe ser excesivo, debe pegar lo justo para levantar espumera y agitar la superficie del agua (esto es lo que nos interesa si pescamos de cara a mar abierto). En aguas portuarias el agua suele estar tranquila el 90% del tiempo, a no ser que haya un fuerte temporal y repercuta a las aguas interiores del puerto.
Las olas facilitan la confusión ya que remueven el fondo y al golpear con los bancos de arena o con el roquedal hacen que se dispersen organismos y nutrientes que atraen inevitablemente a la lubina. De hecho muchas de las lubinas que se capturan entran a nuestros pies, justo en la espumera. No obstante el oleaje no debe ser excesivo pues corremos riesgos innecesarios y las lubinas tampoco estarán cómodas en tales golpes de mar.
Hay noches en las que la abundancia de plancton hace que se vea la linea ya que estos microorganismos se adhieren (involuntariamente) a ésta y nosotros mismos podemos apreciar que la linea parece amarillo o verde fosforescente, además de crear una estela fosforescente cada vez que se mueve el sedal. Si lo vemos nosotros mismos desde fuera del agua imaginense lo que llegan a ver los peces en su propio medio. En esas noches lo mejor es volver a casa a dormir.
Finalmente la luna, puesto que pescamos de noche es un factor fundamental a tener en cuenta, ya que las reinas no muestran la misma actividad en luna llena que en luna muerta. Igual que otros depredadores la luz de la luna es el farolillo que ilumina lo justo para advertir una posible presa y suscitar el ataque de la lubina. Otro tema será si está nublado y hay luna llena; los peces actuan de la misma forma aunque su comportamiento a veces se altera, de ahí que debamos probar diferentes coloraciones y señuelos.
Nuestra actuación segun el emplazamiento
Mientras los rayos del sol nos iluminan podemos movernos por el pesquero con cierta comodidad pero si nos encontramos en la oscura noche, guiados por las brisas marinas, las estrellas y la luna, las cosas cambian. Tenemos ante nosotros una extensión de agua considerable y algunas rocas que eran visibles facilmente durante el dia quedarán en la hondura y la oscuridad del agua. Ello conlleva que debamos conocer, o al menos estar habituados a las zonas en las que solemos pescar, para intuir o suponer donde se encuentra tal roca o tal bajío de arena, esos puntos estratégicos donde se encuentran las lubinas al acecho y que ahora se encuentran en la penumbra. Cabe distinguir entonces diversos escenarios de pesca: la playa (fondos de arena), las desembocaduras de agua dulce, los puertos y la escollera (fondos de roca).
Todos estos emplazamientos son más o menos igual de accesibles a pie desde la costa. Entre gustos no está nada escrito, de modo que voy a hacer referencia a los métodos y señuelos que, personalmente, me han funcionado mejor; insisto, cada pescador tienes sus trucos y su técnica, tan sólo pretendo dar cierta orientación basandome en mi propia experiencia. La descripción que voy a hacer se refiere a esta práctica desde costa, aunque desde embarcación los señuelos que usaremos serán los mismos pero deberemos controlar otros aspectos como nuestra proximidad a la orilla y el cuidado de no acabar con la barca varada en la arena o destrozada con algun escollo. Es fundamental conocer los sitios a los que vamos y si disponemos de sonda debemos usarla pues me imagino que nadie desea tener accidentes de ese tipo.
Desembocaduras de agua dulce: éste se trata de uno de mis escenarios preferidos aunque no siempre nos garantiza capturas. Esto se debe a la creciente y desafortunada expulsión de residuos no orgánicos al mar. En muchas ocasiones las aguas de la acequia, del canal o del rio traerán desechos líquidos y sólidos que ahuyentarán a nuestras reinas y tan sólo las lisas harán acto de presencia. Los mismos señuelos que suelo usar en playa me han servido de similar forma en las proximidades de afluencias de agua dulce. Cabe decir que los pequeños poppers y paseantes me han funcionado bastante bien en este escenario, siempre y cuando los depredadores muestran actividad cercana a la superficie y las aguas estén más o menos tranquilas. Muchas salidas de agua desembocan a pozas o recodos que profundizan hacia mar adentro por lo que en estas situaciones podemos usar tambien minows suspendidos y/o hundidos. Aun y así los métodos y señuelos que usaba para la playa me han servido de igual forma en zonas cercanas a agua dulce. En estos dos escenarios, recordad ir con ojo con los bajios, que nos harian varar la barca y provocar su vuelque en caso de algun golpe de olas fuerte.
Puertos: uno de mis puestos preferidos para la pesca nocturna, en especial si hay temporal, pues las lubinas se encontarán muy a gusto depredando a gran variedad de organismos que han entrado a puerto para refugiarse de las inclemencias del mar. Junto a las lubinas, en este escenario encontraremos tambien anjovas y espetones juveniles, así como algun palometon. Muchas veces los señuelos destinados para las lubinas serán atacados por estas otras especies que comparten hábitat con la reina. También sucede lo mismo que las desembocaduras de agua dulce, en ocasiones la suciedad ahuyenta las lubinas y debemos conocer puntos donde el agua está más oxigenada y existan corrientes, pues allí las encontraremos en postura de caza. Aquí ya no tendremos problemas de profundidad pues los fondos mínimos seran de unos 8 o 10 metros. Será hora de usar jiggs, bucktail-jiggs, pikies, cranckbaits y minows hundidos y/o suspendidos.
Los primeros, junto los minows hundidos, nos permitirán batir medias aguas y los fondos cuando las lubinas no dan señales de vida en superficie. La pesca en este ámbito ha de ser extremadamente sigilosa, pues se trata de aguas interiores muy tranquilas (y en ocasiones muy claras), donde la lubina está a sus anchas y no le falta nada de alimento, de ahí que en muchas ocasiones se asustará, despreciará o simplemente ignorará nuestras muestras.
La tranquilidad del agua en el interior de los puertos nos permite apreciar claramente los ataques de las lubinas cuando cazan en superficie pero debemos afinar nuestros aparejos y usar diversas técinicas hasta dar con aquella que incite a atacar los señuelos, pues como ya he dicho la lubina aquí está a sus anchas y tiene todo el alimento a su alcanze.
El jerking-pause se muestra bastante efectivo sobretodo cuando las lubinas se encuentran cazando pequeños alevines. El escenario de caza se advierte facilmente por las salpicaduras y los coletazos que las lubinas hacen en superficie. Debemos trabajar esas zonas sobrepasando con el señuelo esa zona de actividad alimenticia y realizando una recogida más o menos lenta que atraviese la zona de caza, con continuas paradas y animando el movimiento del minow con golpes secos y cortos de la puntera de la caña, mientras atravesamos esa zona caliente. Los lances, se realizan en abanico, batiendo así un ángulo mucho mayor.
El salabre o sacadera aquí será indispensable o sinó podemos usar un terminal grueso aunque puede que los depredadopres lo adviertan. Una vez tenemos prendida una lubina en el anzuelo debemos trabajarla apartándola de la zona donde se encuentran el resto de sus congéneres, pues el movimiento y las salpicaduras pueden causar recelo en las compañeras. También, más que nunca, hay que intentar no perder la pieza, pues si escapa ahuyentará a las demás y puede que se nos fastidie la noche por un simple movimiento de caña o un frenado excesivo (la boca de la lubina es muy cartilaginosa y se rompe facilmente).
Los señuelos que mejor me han funcionado han sido minows discretos, tanto flotantes, como suspendidos, como hundidos, en tamaños y coloraciones acordes a los peces que en ese momento estan cazando las lubinas; las coloraciones que imitan la librea de otros peces suelen ser los mejores. De todos modos esto sería aplicable a condiciones de buena visibilidad y con agua clara. Las noches con agua turbia tipo "colacao" (me refiero a aguas con afluencia de lodo) o sin luna las coloraciones de fantasía se tornan excepcionales, funcionandome bastante bien los colores verdes, rojos, naranjas, amarillos, lilas, fosforescentes y blancos. Aun y así este es el lugar más difícil para capturarlas mediante artificial y han sido muchas las noches en las que no he tenido ni picada, aun viéndolas cazar y perseguir mis muestras.
La espuma de la rompiente: el último y quizás el lugar donde tendremos más picadas y más capturas. En aquellos bajíos o zonas rocosas en las que se forme espuma superficial y el agua esté bastante oxigenada las lubinas se encuentran a sus anchas de caza.
Las zonas rocosas dan cobijo a muchas presas de la lubina y permiten a éstas matenerse al acecho entre los promotorios rocosos y grietas, a la espera de comida. Pero sobretodo debemos cuidar por nuestra integridad y la linterna aquí será imprescindible si no queremos tener desagradables accidentes. La espumera y las corrientes que se originan entre las rocas aportan muchos nutrientes y aturden a multitud de organismos que hacen de este lugar uno de los marcos de caza preferidos para la lubina. A parte de los señuelos que utilizabamos en las zonas portuarias debemos añadir tambien el chivo ("abuelo" de los actuales jigs), típico de Galicia y que resulta excelente para alcanzar zonas lejanas y pasillos de rocas profundos, tambien trabajables con jiggs, bucktail-jiggs y pikies. Los minows tambien se pueden revelar muy efectivos pues tambien nos permiten trabajar aguas superficiales, medias aguas y zonas profundas. Debemos conocer bien estas zonas si no queremos perder señuelos enrocados y hacer nadar nuestras muestras cerca de la espumera y de los límites de las puntas rocosas, con el riesgo que conlleva enganchar la línea a mejillones o lapas. En este escenario, podemos tener otras capturas tal como meros, dentones, serranos o sargos. Hay que recordar que lo imprescindible aquí es salir ilesos, y no jugarnos la vida por una simple captura, por muy grande y excepcional que ésta sea.
Las playas son otro de los mejores emplazamientos para intentar la captura de estos magníficos cazadores, que se camuflan tras la rompiente de las olas aprovechando que el movimiento desentierre gran variedad de organismos( gambas, gusanos, cangrejo, moluscos, pequeños cefalópodos) todos ellos dentro de su menú habitual. En estas situaciones, si la profundidad es mínima habrá que usar el wader o las botas de agua para adentrarnos y alcanzar esas supuestas zonas de caza.
Los vinilos y anguilones muestran bastante efectividad en estos casos, ya que mas que una pequeña anguila el señuelo se asemeja a un gusano aturdido por el oleaje. Las plumas, a modo de pequeña metralleta tras un buldo simulan tambien ese pequeño banco de mini-alevines que anda despistado entre la espumera. Nuestros lances deben sobrepasar la rompiente y debemos realizar una recogida lenta,con alguna aceleración, aunque nunca está de mas hacer breves pausas y dejar que las corrientes den vida al señuelo. Los minows que se han demostrado eficaces en estas circunstancias han sido casi siempre flotantes (los hundidos golpean continuamente el fondo con el babero y en ocasiones se enrocan si estamos en una playa de cantos rodados), destacando el Jointed-floating de Rapala y el clásico Original, de la misma casa.
Las cucharillas ondulantes tambien podrían darnos alguna grata sorpresa, con sus quiebros y destellos entre las olas. Con cierta tranquilidad de oleaje, poppers y paseantes pueden tornarse muy efectivos. No debemos olvidar que la lubina, en las condiciones adecuadas, ataca gustosamente los señuelos de superficie y su pesca con este tipo de señuelos se está institucionalizando mucho en el Cantábrico y el Atlántico, siendo menos conocida en el Mediterraneo. Pero no por ser poco usada es una técnica ineficaz. Sentir la picada de una lubina es una sensación fenomenal pero apreciar cómo emboca nuestro señuelo en superficie es todo un espéctaculo; En más de una ocasión no debemos dudar en cambiar nuestro minow y poner un paseante o un popper discreto, pues si las lubinas se muestran activas ese día la diversión está asegurada, y puede que ese día nos entre la lubina de nuestros sueños. Eso sí, no se puede olvidar a las lubinas más jóvenes que en ocasiones entran sin pensárselo a los señuelos, de manera que es tambien muy importante realizar una pesca responsable, devolviendo los ejemplares juveniles y las hembras ovadas; hay que llevarse a casa lo necesario para el consumo, respetando las tallas mínimas y los cupos establecidos, sólo de esta manera podremos poner nuestro grano de arena para hacer perpetuar una especie que se encuentra en retroceso.
Texto:
Cristian Rodriguez
spiningmania